Comenzamos vendiendo ropa vintage de segunda mano para ofrecer una alternativa única a la moda rápida.
La producción de moda rápida genera aproximadamente el 10% de todas las emisiones de carbono globales y consume grandes cantidades de agua. Además, contribuye a la acumulación de desechos textiles que tardan años o incluso siglos en descomponerse.
Comprar ropa usada ayuda a reducir este impacto ambiental al extender la vida útil de las prendas, lo que, según la Fundación Ellen MacArthur, podría reducir las emisiones de carbono, agua y desechos textiles en un 50% si cada persona duplicara la vida útil de su ropa.
Además, al disminuir la demanda de moda rápida, se alivia la presión sobre los trabajadores de la industria textil, muchos de los cuales enfrentan condiciones laborales precarias y salarios injustos.
